A través de la representación de pasajes como el prendimiento, el calvario, la crucifixión o la muerte de Cristo se buscaba presentar una figura angustiada, dolorida, azotada y castigada que generase en el espectador un sentimiento de compasión y de piedad. Así mismo, mediante el drama y la violencia en las imágenes se buscaba la veneración y obediencia del fiel creyente.