En las artes, un capricho (del italiano: capriccio) se describe como una fantasía arquitectónica. Este término se refiere a la elaboración de composiciones arquitectónicas que incluyen restos arqueológicos, ruinas y diversos elementos arquitectónicos. Dichas composiciones surgen de la fusión de elementos reales e imaginarios, organizados según la visión del artista, integrando la arquitectura con el paisaje.