El retrato del obispo de Orihuela Antonio Despuig y Dameto, prelado que ostentaría el título de Patriarca de Antioquía y de Cardenal Presbítero de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, muestra las extraordinarias dotes técnicas del pintor Vicente López Portaña, significativamente, en el exquisito tratamiento del textil y de la textura de los distintos objetos que acompañan al obispo como la encuadernación del II Diccionario de la Biblia que sostiene con su mano izquierda, los cortinajes de la estancia, el tintero de plata de su escritorio personal, el terciopelo carmesí de la silla episcopal donde se sienta Despuig o las propias vestiduras sagradas que viste. El retratado luce un extraordinario pectoral y la Cruz de Carlos III, donde se puede ver en miniatura la imagen de la Inmaculada Concepción, su mirada elocuente y vivaz se dirige al espectador, mientras, muestra a través de sus condecoraciones y símbolos episcopales su dignidad eclesiástica y se apoya en la Biblia, como símbolo que guía la vida de todo cristiano. Un retrato donde Vicente López explora, como es habitual en este tipo de obras, el carácter del personaje que nos presenta en su lienzo así como los elementos materiales simbólicos que lo distinguen e identifican en la sociedad de finales del setecientos.
Dra. Gemma Ruiz Ángel
Dr. Mariano Cecilia Espinosa