LOS SANTOS: Ejemplo de una vida moralizante

CONCILIO DE TRENTO, sesión XXV,
La invocación, veneración y reliquias de los santos
y de las sagradas imágenes (1563).
El Concilio defendía la veneración y el culto de los santos como intercesores entre Dios y el hombre. La renuncia de los bienes materiales, la vida contemplativa, la entrega en cuerpo y alma a la fe y, sobre todo, su capacidad de amar a Dios, son algunos de los rasgos que hacían a los santos tener unas virtudes divinas y ser ejemplo de una vida a seguir.
En el decreto de las imágenes, se dicta que el creyente puede recurrir a las imágenes de los santos para honrarle y adorar a Dios. Para su representación, la nueva iconografía combinaba los elementos terrenales y celestiales en el mismo espacio. Así, se creaban escenas devocionales donde se exhibían el poder de intercesión y las facultades divinas que se les atribuía a los santos.
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y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios;

(Lc, 8, 2)

El tema de la Magdalena Penitente tuvo gran protagonismo durante la Contrarreforma como símbolo del sacramento de la penitencia y de la confesión de los pecados. Además, fue un instrumento para hacer frente a la negación del sacramento de la penitencia por parte de la reforma luterana.

María Magdalena es el reflejo del arrepentimiento y aislamiento en penitencia por una vida pecadora. Se solía representar angustiada y contemplativa, con las manos en el pecho y la mirada dirigida al cielo buscando el perdón de Dios. Su representación justo en el momento de su penitencia buscaba transmitir en el fiel creyente que en el sacramento de la penitencia se encontraba el perdón y la absolución de los pecados.

 

y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.

(Mt, 6, 13)

Representar a los santos en momentos cruciales como son las escenas de la tentaciones también desprendía una función devocional. La presencia del mal y la negación por parte de los santos buscando a Jesús y a Dios era un ejemplo de vida moralizante para el creyente ya que en un mundo lleno de traición, engaño, deseo y lujuria, debían seguir el ejemplo de los santos, recompensados con la vida eterna.

 

Instruyan también a los fieles en que deben venerar los santos cuerpos de los santos mártires

 
(CONCILIO DE TRENTO, sesión XXV, La invocación, veneración y reliquias de los santos y de las sagradas  imágenes (1563))
 

Obras llenar de dolor, agonía y violencia narraban las historias del martirio de mujeres y hombres que lucharon por su fe católica, siendo capaces de aguantar cualquier tortura en defensa de su fe a Dios. Se representaban agonizando y con la mirada elevada a los cielos, experimentando un momento celestial. En un contexto donde la presencia protestante estaba en auge, la representación de los santos mártires era crucial para comunicar al espectador la importancia de defender su fe católica frente a cualquier herejía o mal.

Las Órdenes Religiosas

Si algo tuvo un papel trascendental en la Contrarreforma fueron las órdenes religiosas, encargadas de difundir los valores contrarreformistas. El culto y la representación de sus santos fundadores serán muy importantes y servirán para mostrar al creyente la vida  contemplativa y heroica como ejemplo a seguir por su dedicación a la fe cristiana.

Normalmente, se solían representar en las escenas de éxtasis o de su conversión para mostrar el carácter divino del santo fundador.