Una de las advocaciones más arraigadas en el Obispado de Orihuela fue la Inmaculada Concepción, reflejo de esa profunda devoción e identidad colectiva de la monarquía hispánica.
En el tercer sínodo de la diócesis realizado por el obispo don Acacio March de Velasco se va a tener en cuenta la importancia de la Purísima Concepción, nombrada en el Capítulo 8.
«no se permita predicar al que no aseguráre primero, que dirá el elogio de la Inmaculada Concepción».